dimecres, 12 de juny del 2013
Historia del puzzle
Una vez, habían puesto a Rembrand un buen autorretrato más bien gracioso, muy bonito, elegante y precioso gracias a los colores. Lo mostraba sobre un pulgar sucio, corpulento y con una cama no muy bonita pero al menos tenia, no como otros. En la mano izquierda tenía dinero, mucho dinero y además le gustaba mucho comprar cosas porque a él le gustaba gastarse el dinero porque como era rico entonces no le importaba. El rostro de disgusto que tuvo por la vida y por los cuadros le izo llorar. Pero tenía siempre una alegría gigante que era brillante como gotas de rocío y como cuando te acaban de explicar un buen chiste.
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